No es por estética: este es el verdadero motivo del blanco en Wimbledon

by LA FUENTE MEDIA GROUP
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Durante la final masculina de Roland Garros 2025, Carlos Alcaraz y Jannik Sinner no solo protagonizaron un encuentro memorable, sino que también dieron pie a una discusión inesperada: el vestuario. Ambos tenistas, patrocinados por Nike, vistieron atuendos coloridos y personalizados, muy distintos al estricto protocolo de Wimbledon.

Mientras Alcaraz eligió una camiseta sin cuello con rayas azules y negras y pantalón corto negro, Sinner lució un polo verde con pantalones azules y gorra a juego, un conjunto que muchos compararon con un uniforme de rugby.

En la final femenina, Coco Gauff se impuso sobre Aryna Sabalenka con un conjunto azul oscuro y chaqueta de cuero gris, mientras que Sabalenka llevó un vistoso vestido de tenis de Nike.

Aunque la tecnología, el diseño y el marketing influyen cada vez más en la moda deportiva, Wimbledon se mantiene fiel a su tradicional regla del “todo blanco”, una norma que no es simplemente estética, sino profundamente histórica y cultural.

Una tradición del siglo XIX: sudor, frescura y clase social

Wimbledon, el torneo de tenis más antiguo del mundo, fue fundado en 1877 y desde sus inicios ha mantenido una estricta política de vestimenta: ropa “casi completamente blanca”. Cualquier otro color debe limitarse a franjas de no más de 10 milímetros.

Esta regla nació en la Inglaterra victoriana, donde el sudor visible en la ropa era considerado socialmente inaceptable, especialmente en las mujeres. El blanco, además de disimular el sudor, se asociaba con frescura y estatus. Con el tiempo, esta norma se convirtió en una seña de identidad del torneo, reforzando su aura de exclusividad y tradición.

Cambios recientes para mayor inclusión

Aunque el código se ha mantenido con pocos cambios, la presión social ha llevado a algunas reformas. En 2023, el All England Club modificó la regla que exigía ropa interior blanca para las jugadoras, permitiendo prendas interiores oscuras durante el periodo menstrual, siempre que no sobrepasen la longitud del short o la falda.

Esta modificación fue apoyada por figuras como Billie Jean King, Judy Murray y Heather Watson, quienes señalaron que la norma anterior era incómoda e injusta para las mujeres tenistas.

 Controversias pasadas por detalles de vestimenta

La historia de Wimbledon también incluye varios incidentes polémicos relacionados con el código de vestimenta. En 1949, la tenista Gertrude Moran causó revuelo al mostrar su ropa interior mientras jugaba. En 2017, Venus Williams fue obligada a cambiarse durante un partido por llevar tirantes de sujetador fucsia. En 2018, Roger Federer tuvo que cambiar sus zapatillas por tener suela naranja.

Estas situaciones, aunque criticadas por algunos como excesivamente estrictas, han sido defendidas por el torneo como una forma de preservar su identidad.

El blanco también es parte del críquet y otros deportes

La tradición de vestir de blanco no es exclusiva del tenis. El críquet, otro deporte con profundas raíces británicas, también adoptó el blanco como uniforme estándar, especialmente en sus versiones más tradicionales. Aunque hoy día los formatos cortos del críquet permiten uniformes coloridos, los torneos de mayor duración aún se juegan en blanco.

En el fútbol, aunque el blanco se asocia con elegancia, existen contradicciones. El Leeds United de los años 60 y 70, famoso por su uniforme blanco, era temido por su juego rudo, lo que le valió el apodo de “Leeds sucio”.

Wimbledon, tradición que se viste de blanco

En una era donde el diseño deportivo es tan importante como el rendimiento, Wimbledon se mantiene como bastión del clasicismo. Su política de vestimenta refleja un apego a los valores fundacionales del torneo y a una estética que lo distingue del resto del calendario tenístico.

Así que mientras Carlos Alcaraz, Coco Gauff y otros campeones deslumbren en otras canchas con trajes diseñados para vender miles de unidades, en el césped sagrado de Wimbledon seguirá reinando el blanco. Ni rayas verdes, ni polos rugby, ni vestidos jaspeados. Solo blanco. Como manda la historia.

Con información de Independent.

YA



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