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<p>En el mundo de las consolas hay <strong>dos tipos de jugón veterano:</strong> quien colgó los mandos tiempo atrás absorbido por las obligaciones biológicas y oficinescas y quien mantuvo viva esa llama pese a las inclemencias de la adultez. El primer perfil aún es capaz de arrimarse, siquiera tímidamente, al balcón de una industria que en España facturó el pasado curso <strong>2.408 millones</strong> de euros, según la asociación nacional de referencia, AEVI. Esa mirada cargada de curiosidad y nutrida de la leve esperanza del regreso se topa a menudo con la empalizada de la brecha generacional. La tecnología también imprime en este segmento un ritmo endiablado de innovación.</p>