Por Raúl Germán Bautista.- Ronny Mauricio ha comenzado a dejar huella en el competitivo cuadro interior de los Mets de Nueva York, consolidándose como una opción sólida para el equipo tras superar una larga ausencia en la temporada 2023.
Mauricio se perdió todo el año pasado debido a una lesión, lo que afectó su desarrollo y retrasó sus oportunidades de establecerse en las Grandes Ligas. Sin embargo, el panorama actual le ha sido favorable para ganarse un lugar. Su cuadrangular de este martes empató el juego a una carrera, en la sexta entrada, entre su equipo y los Orioles.
Mark Vientos se estableció el año pasado entre tercera y primera base, al conectar 27 cuadrangulares en 111 partidos. Este año su rendimiento no ha sido el mismo. Brett Baty no ha podido batear y sigue sin establecerse. Jeff McNeil, que juega una sólida segunda base y tiene un bate de Grandes Ligas es un jugador de todos los días. Luis Ángel Acuña fue sacado de la ecuación y enviado a ligas menores. Ante este contexto, Mauricio está aprovechando su oportunidad.
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En 19 partidos de rehabilitación en ligas menores, promedió .323 con un OPS de .892. Luego, en su paso por Triple-A Syracuse, bateó .515 en apenas nueve encuentros, con tres jonrones y un OPS de 1.382. Ya en las Mayores, ha acumulado 82 turnos al bate con promedio de .244 y cuatro cuadrangulares. En los últimos siete juegos, su bate ha estado encendido: .300 de promedio, .417 de porcentaje de embasarse y un slugging de .500.
Un momento destacado de la temporada ocurrió ante los Rockies en el Coors Field, donde conectó un cuadrangular de 456 pies, uno de los más largos de la MLB en 2025. La pelota salió despedida a 110.3 millas por hora, aterrizando en el segundo nivel del estadio, lo que lo convierte en el jonrón más largo de un jugador de los Mets en lo que va de año.
Mauricio, que llegó como uno de los prospectos más prometedores de la organización, parece estar listo para disputar un puesto en el día a día del conjunto neoyorquino.
