<p class="ue-c-article__paragraph"><strong>María Castro no había experimentado algo igual desde la pandemia.</strong> "En las últimas semanas calculo que hemos perdido un <strong>45%</strong> de facturación. La situación se ha puesto fea y no sabemos cuándo vamos a salir de esta", dice a <strong>EL MUNDO </strong>mientras le cobra 20 dólares a un cliente por la reparación de una rueda pinchada. "Al menos con la pandemia estábamos todos en las mismas. Esto de las redadas es mucho peor porque solo nos afecta a nosotros, a los latinos". La preocupante <strong>situación financiera </strong>que atraviesa su taller mecánico, situado en Norwalk, al sureste de Los Ángeles, es solo una muestra del poderoso impacto que está teniendo el pánico que ha logrado sembrar <strong>Donald Trump </strong>en la urbe californiana con su campaña de deportación masiva de indocumentados. </p>