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<p class="ue-c-article__paragraph">El dominio del turismo como primer motor de la economía española siempre ha desatado pasiones encontradas. Entre los detractores, el sector se asocia a los empleos de poco valor añadido, a los salarios bajos, a los estereotipos castizos y a la estacionalidad. Y entre los defensores, a la certidumbre, la especialización y a intangibles notables como la promoción exterior de una sociedad cálida y tolerante. La verdadera marca España.</p>