El liderazgo con letra entra… y la escritura le ahorra dinero a la empresa

by LA FUENTE MEDIA GROUP
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<p>Jamás en la historia había leído tanto el ser humano. Con diferencia. Porque podemos: en España, la tasa de alfabetización supera el 98,5% de la población adulta. Y porque la tecnología nos empuja: emails, whatsapps, slacks, tuits… La empresa no es ajena a la vorágine lectora. El estudio <i>The State of Business Writing, </i>que entrevistó a más de 500 directivos, concluyó que estos dedicaban una media de 25,5 horas a la semana a leer por trabajo. <br><strong>Arancha Caballero,</strong> CEO de<strong> Nuadda Translations </strong>y presidenta de <strong>ANET, </strong>sostiene que "la comunicación siempre ha sido uno de los pilares del buen directivo, ya que, sin comunicación, no hay acción". Pero matiza que "ahora su mensaje debe abrirse paso entre la sobreabundancia de información. Además, debe hacerlo llegando al corazón y dirigiéndose de forma distinta según el tipo de interlocutor, su generación o el medio". Por eso considera que "tener buenas habilidades en escritura es la base de una comunicación efectiva". <br>Sin embargo, cierta miopía sigue viendo la habilidad al respecto más como una bonita excentricidad de poetas y novelistas que como un valor estratégico. Otros se aplican y sacan réditos. Cuando <strong>FedEx</strong> decidió pulir su manual de operaciones en tierra, sus empleados encontraron la respuesta correcta el 80% de las veces, frente al 53% anterior; la compañía calculó un ahorro de 400.000 dólares al año solo en el tiempo que los empleados dedicaban a buscar información. <br><strong>Adolfo Ramírez</strong> lo ha vivido desde dentro: ha sido director general de <strong>Banesto </strong>y director general adjunto de <strong>Santander</strong> y liderado procesos de cambio organizacional durante más de 30 años. "Una buena capacidad de escritura en un directivo aporta claridad estratégica, mejora la coordinación entre equipos y refuerza la confianza interna y externa. Un mensaje bien escrito puede movilizar, alinear y motivar. Cuando <strong>Satya Nadella</strong> asumió la dirección de <strong>Microsoft,</strong> una de sus primeras acciones fue enviar una carta interna clara, inspiradora y directa. Ese mensaje no solo marcó el cambio de rumbo, sino que ayudó a redefinir la cultura de la empresa. En cambio, una mala escritura genera confusión, malentendidos y pérdida de credibilidad. Un caso frecuente (aunque menos visible) son correos internos que generan interpretaciones contradictorias o documentos estratégicos que no se entienden ni motivan".<br>Ramírez advierte sobre los errores más comunes: los mensajes demasiado largos, con ideas dispersas, crean "ambigüedad y falta de foco"; el uso excesivo de muletillas vacías (en este sentido, de cara a, por así decirlo…) "no aportan significado real y hacen que el mensaje suene inflado"; y los extranjerismos (core business, deliverables, empowerment) con equivalentes claros en español "dificultan la comprensión y generan distancia innecesaria con los equipos". Se debe evitar también la sintaxis enrevesada y la jerga técnica, "con redacciones cargadas de subordinadas, pasivas impersonales o tecnicismos que oscurecen el mensaje", pero también el tono impersonal o frío, por su "falta de autenticidad, emoción o cercanía".<br>Caballero incide en la importancia de "ser consciente del público al que se dirige. No es lo mismo comunicarnos con otro directivo, un colaborador externo o clientes minoristas, en el caso de sociedades participadas. La terminología que entiende el personal del departamento financiero no es igual a la que maneja el personal de producción, pero a menudo se utiliza el mismo contenido. Poniéndonos en la piel del otro estableceremos una relación más equitativa que obtiene mejores resultados".<br>Pero, más allá de estos y otros consejos concretos, ¿cómo se puede formar a un directivo en esta habilidad? "Los principios de la retórica clásica siendo válidos para comunicar con eficacia y persuasión: ethos (credibilidad del orador), pathos (apelar a las emociones) y logos (datos que apoyen razón y lógica)", dice Caballero. "Lo que ahora se denomina storytelling no es más que una versión moderna del pathos de los griegos para conectar con nuestra audiencia y trasmitirles el mensaje que queremos que cale". Ramírez, mientras, cree que esta formación "requiere un enfoque práctico, breve y orientado a su realidad. No se trata de enseñar gramática, sino de entrenar la capacidad de comunicar con claridad, propósito y humanidad". Pero, en último término, concluye Caballero, "a escribir se aprende escribiendo". </p>

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