Carlos Alcaraz demostró una vez más que los campeones no solo se imponen con talento, sino también con carácter.
En un exigente partido de tercera ronda ante el alemán Jan-Lennard Struff, el vigente campeón de Wimbledon logró una trabajada victoria en cuatro sets (1-6, 6-3, 3-6, 4-6), manteniendo así viva su defensa del título en el césped londinense.
El encuentro comenzó de forma inmejorable para el tenista español. Con determinación y una intensidad arrolladora, se adueñó del primer set en apenas media hora. Aprovechó las debilidades del alemán, que no lograba imponer su ritmo desde el fondo de la pista ni encontraba precisión en sus golpes ganadores. Alcaraz, con dos quiebres de servicio —uno de ellos en blanco— y ocho winners frente a solo uno de su rival, dejó claro por qué es uno de los mejores del circuito sobre hierba.
Sin embargo, lejos de rendirse, Struff reaccionó con autoridad en la segunda manga. A sus 35 años, el germano mostró una versión más sólida, convirtiendo 11 tiros ganadores y quebrando el saque del español en un momento clave. Aprovechando un bajón en el rendimiento de Alcaraz, el veterano igualó el partido y le añadió una dosis de tensión al duelo.
Ya en el tercer set, el número dos del mundo recuperó el control. Abrió con un juego en blanco y encontró respuestas desde el resto, aprovechando los errores no forzados del alemán, en especial las dobles faltas. El murciano no desaprovechó la oportunidad y cerró el parcial manteniendo su servicio con firmeza.
El cuarto set fue el más parejo y el que más exigió a ambos jugadores. Con múltiples deuces en cada juego, los dos se aferraron a sus opciones, pero fue Alcaraz quien supo decidir en el momento justo. Con el marcador igualado 4-4, logró un revés cruzado impecable que inclinó la balanza a su favor. Struff falló su siguiente tiro y el español no perdonó: cerró el partido con un juego en blanco que selló su pase a los octavos de final.
Ahora, Alcaraz se enfrentará al ruso Andrey Rublev, en un nuevo desafío en su camino por repetir la hazaña del año pasado. La batalla continúa, y el campeón sigue firme.