En un mundo cada vez más moldeado por algoritmos, una pregunta esencial moviliza a expertos de todo el planeta: ¿qué nos hace humanos en una era donde las máquinas toman decisiones que afectan nuestras vidas?
Desde su rol como directora de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO, la mexicana Gabriela Ramos ha liderado un proceso inédito: transformar una preocupación técnica en una conversación global sobre valores, equidad y dignidad. “Lo importante no era hablar de algoritmos, sino de personas”, subraya en una entrevista exclusiva con Infobae durante su paso por Buenos Aires.
En 2021, 193 países aprobaron la primera Recomendación internacional sobre la ética de la inteligencia artificial, impulsada por Ramos. Más allá del consenso político, el verdadero avance fue conceptual: colocar a la dignidad humana en el centro del debate tecnológico.
“No legislamos tecnología, sino su impacto en nuestras vidas”, afirma Ramos. “Desde un crédito bancario hasta una oferta de trabajo, millones de decisiones se toman mediante inteligencia artificial. Por eso, siempre debe haber un responsable humano”.
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Para traducir los principios éticos en acciones concretas, la UNESCO creó el RAM (Readiness Assessment Methodology), una herramienta aplicada ya en 70 países para evaluar capacidades digitales, marcos legales, infraestructura y visión estratégica. “La clave es que cada nación pueda responderse por qué quiere adoptar estas tecnologías y para qué”, explica Ramos. Y que lo haga en un diálogo plural: gobiernos, empresas, ciudadanía y expertos sentados en la misma mesa.
En un contexto global donde la brecha digital también es una brecha social, la UNESCO busca que la inteligencia artificial no sea un privilegio de las grandes potencias. Ramos enfatiza que su uso puede fortalecer la educación en zonas rurales, mejorar la salud pública y potenciar a las pequeñas empresas, siempre que sea “accesible, justa y contextualizada”.
“El FOMO (miedo a quedarse afuera) también existe en las políticas públicas”, comenta con una sonrisa. “Muchos países se sumaron al RAM al ver que mejoraba su toma de decisiones”.
La labor no se detiene. Ramos lidera hoy el Foro Global Ético sobre IA, que reúne a ministros, académicos y empresas como Microsoft y Telefónica. También encabeza una red de mujeres que promueve la equidad de género en el sector tecnológico.
“Volvemos a las preguntas de siempre”, reflexiona: “¿cómo preparamos a nuestros trabajadores? ¿cómo cerramos la brecha digital? ¿cómo aseguramos que nadie quede atrás en esta nueva era?” Para Ramos, el futuro de la inteligencia artificial debe construirse con ética, inclusión y responsabilidad.