Nerolisa Arias, madre de Rubén Alberto Soto Arias, de 12 años, ha denunciado la supuesta falta de respuesta y demora en la entrega de la autopsia por parte del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), un año después del fallecimiento de su hijo.
Según relata Arias, su hijo vivía con su padre desde los ocho años y asistía regularmente a la escuela. Ella lo visitaba cada quince días. En una ocasión, Rubén sufrió una caída en la escuela que le provocó una lesión en un brazo y posiblemente en una pierna. Sin embargo, el padre nunca le informó sobre este incidente ni sobre el tratamiento médico que supuestamente recibió en Baní.
La madre recuerda que el día en que vio a su hijo antes de su muerte, este tenía un yeso en una pierna que, según ella, no correspondía a ninguna lesión previa conocida, y el brazo estaba desviado.
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El día del fallecimiento, Nerolisa no fue notificada directamente por el padre, sino por un vecino que alertó a su esposo sobre el estado grave del niño. Al preguntarle al padre qué había sucedido, este solo respondió que el niño se había caído y no proporcionó más detalles. Desde entonces, la madre ha estado intentando obtener información oficial tanto del INACIF como de la Fiscalía de Bani, sin éxito. Asegura que ni siquiera le contestan las llamadas telefónicas, lo que aumenta su angustia y desesperación por conocer la verdad sobre la muerte de su hijo.
Arias continúa exigiendo que se le entregue la autopsia y que se esclarezcan las circunstancias que rodearon la trágica pérdida de Rubén Alberto Soto Arias.
