Washington (AP).- El presidente Donald Trump realmente quiere viajar a bordo de un nuevo avión presidencial, pero que logre su objetivo podría depender de su disposición a hacer concesiones en materia de seguridad.
Mientras los abogados del gobierno resuelven las cuestiones legales para poder aceptar un jet de lujo de parte de la familia real de Qatar, también se desarrolla otro debate crucial sobre las adaptaciones que necesitaría la aeronave para que sea lo suficientemente segura para transportar al presidente de Estados Unidos.
Instalar las capacidades equivalentes a las que cuenta el actual 747 —que ya tiene varias décadas de antigüedad— prácticamente condenaría el proyecto a un destino similar al de la iniciativa de reemplazo de Boeing, la cual ha estado plagada de retrasos y sobrecostos.
El secretario de la Fuerza Aérea, Troy Meink, dijo el jueves a los legisladores que esas modificaciones de seguridad costarían menos de 400 millones de dólares, pero no proporcionó detalles.
Satisfacer el deseo de Trump de usar el nuevo avión antes de que concluya su mandato, sin embargo, podría requerir que se dejen de lado algunas de esas precauciones.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo que Trump quiere que el jet qatarí esté listo lo antes posible mientras se adhiera a los estándares de seguridad. El funcionario, quien habló bajo condición de anonimato, no proporcionó detalles sobre los problemas de equipamiento o el cronograma.
Trump ha sobrevivido a dos intentos de asesinato, e Irán supuestamente elaboró un plan para matarlo, por lo que es muy consciente del peligro que enfrenta. Sin embargo, parece dispuesto a correr algunos riesgos en materia de seguridad, particularmente en lo referente a las comunicaciones. Por ejemplo, le gusta tener su teléfono personal a la mano a pesar de los riesgos de un posible hackeo.
Presumió esta semana que el gobierno obtuvo el jet “gratis”, diciendo: “Lo necesitamos como Air Force One hasta que los demás estén listos”.
A continuación, un vistazo a lo que se necesitaría para adaptar la aeronave qatarí para convertirla en transporte presidencial:
¿Qué hace que un avión sea digno de ser el Air Force One?
El primer avión en recibir la designación de Air Force One fue un C-54 Skymaster de hélice, el cual llevó a Franklin D. Roosevelt a la Conferencia de Yalta en 1945. La aeronave contaba con una sala de conferencias con cristal a prueba de balas.
Las cosas son mucho más complicadas hoy en día. Boeing ha pasado años desmantelando y reconstruyendo dos 747 para reemplazar a las versiones que han transportado a los presidentes de Estados Unidos durante más de tres décadas. Se calcula que el proyecto costará más de 5.300 millones de dólares y puede que no concluya antes de que Trump deje el cargo.
Un informe hecho público a través de la Ley de Libertad de Información en 2021 describe los requisitos no confidenciales con los que deben contar los 747 que se construyen actualmente como reemplazo. Las prioridades: supervivencia y comunicaciones.
Hace más de una década, el gobierno decidió que los aviones nuevos debían tener cuatro motores para que puedan permanecer en el aire si uno o dos fallan, dijo Deborah Lee James, quien era secretaria de la Fuerza Aérea en ese momento. Eso crea un desafío porque los 747 ya no se fabrican, lo que podría dificultar la obtención de piezas de repuesto.