Un incendio forestal de gran magnitud ha provocado el cierre del aeropuerto de Marsella, en el sur de Francia, así como la evacuación de varias urbanizaciones en la comuna de Pennes-Mirabeau y el confinamiento de miles de residentes en el norte de la ciudad, ante el avance descontrolado de las llamas y una densa nube de humo que ha reducido la visibilidad aérea.
Las autoridades locales han emitido alertas urgentes pidiendo a los ciudadanos que permanezcan en sus hogares, cierren puertas y ventanas, y eviten zonas boscosas. El fuego, que comenzó este martes en Pennes-Mirabeau, se ha extendido rápidamente debido al viento intenso y las condiciones secas, arrasando al menos 700 hectáreas en las inmediaciones de Marsella.
Para combatir el siniestro, los bomberos han desplegado 168 efectivos, apoyados por siete aviones y tres helicópteros. Dos complejos residenciales han sido evacuados como medida preventiva, y se mantiene bajo resguardo una residencia de ancianos en riesgo. El alcalde de Pennes-Mirabeau, Michel Amiel, reconoció que la situación está “lejos de estar bajo control”.
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La expansión del humo hasta el aeropuerto internacional de Marsella obligó a suspender temporalmente sus operaciones. Según fuentes aeroportuarias, al menos diez vuelos fueron desviados y tres cancelados.
A unos 200 kilómetros al oeste, en los alrededores de Narbona, otro incendio activo desde el lunes ha calcinado más de 2.000 hectáreas de bosque, alcanzando varias viviendas y provocando la evacuación de residentes. La prefectura del departamento de Aude ha movilizado a más de 1.000 bomberos para contener las llamas.
La situación obligó a cerrar tramos de la autopista A-9, vía clave que conecta Francia con España, dejando a decenas de personas atrapadas en sus vehículos. Al menos 150 personas han sido reubicadas en un recinto ferial de Narbona y en gimnasios de localidades cercanas.
El incendio en Aude es el tercero registrado en una semana. Según las autoridades, el fuego comenzó en una propiedad vitícola próxima a una zona montañosa, y se propagó con rapidez por la vegetación seca. Las causas aún se investigan.
“Lo he perdido todo. Estoy en mi coche con mis seis perros. Teníamos caballos que han muerto en el incendio; los vecinos nos ayudaron a salvar unos 30”, relató Nathalie Bueno, de 60 años, propietaria de una caballeriza afectada en Narbona.
Las autoridades francesas mantienen la alerta máxima por riesgo de incendios en la región mediterránea, en medio de una ola de calor, sequía extrema y vientos fuertes que complican las labores de extinción.
ABC
Por: Itzel Olivo
